En El Tarra, un municipio en Norte de Santander, Colombia, proyectos productivos que han permitido a decenas de familias campesinas sustituir los cultivos de coca se encuentran en peligro debido a la falta de apoyo institucional y de infraestructura, según las autoridades locales.
Estos proyectos incluyen iniciativas agrícolas y piscícolas que han surgido como alternativas legales al cultivo de coca. Sin embargo, enfrentan desafíos significativos en términos de vías de acceso y cadenas de comercialización insuficientes, lo que pone en riesgo su sostenibilidad.
El alcalde de El Tarra, Jair Díaz, ha expresado su preocupación por la situación y ha solicitado la instalación de una mesa técnica que permita hacer un seguimiento a estos proyectos y abordar la crisis humanitaria en la zona. Díaz señaló que la falta de respuesta adecuada por parte del Estado está generando incertidumbre en las comunidades y podría resultar en la desaparición de estas economías legales que surgieron como respuesta a los cultivos ilícitos.
Uno de los problemas destacados es la falta de vías secundarias adecuadas para transportar los productos, especialmente en el caso de la piscicultura, que está produciendo más de 60 toneladas de pescado al mes. Además, la falta de cadenas de comercialización efectivas dificulta llevar los productos a los centros poblados.
La comunidad está solicitando un acompañamiento constante por parte del gobierno nacional, a través de instituciones como el Banco Agrario, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Invima, entre otros. También se requieren los trámites y parámetros necesarios para garantizar que las asociaciones piscícolas y agrícolas no se vean afectadas y puedan seguir siendo ejemplos positivos a nivel regional en la lucha contra los cultivos ilícitos.
La instalación de una mesa de trabajo y un compromiso continuo por parte de las autoridades son fundamentales para preservar estos proyectos de sustitución de coca y brindar un futuro sostenible a las comunidades campesinas de El Tarra.