Las asociaciones campesinas del Catatumbo, en Colombia, han manifestado su disposición y buena voluntad para llevar a cabo la restitución de cultivos ilícitos en la región. Consideran que la sustitución de estos cultivos es crucial, ya que los beneficios económicos de los cultivos ilegales han dejado de ser una fuente de ingresos para los campesinos y se han convertido en un medio de financiamiento para grupos armados.

Sin embargo, los campesinos señalan que el proceso de sustitución se ha visto obstaculizado por demoras y la falta de políticas efectivas que garanticen el éxito de la transición hacia cultivos legales.

Maitus León, miembro de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), expresó: «Por parte del campesinado del Catatumbo existe la voluntad completamente y se le ha puesto en conocimiento al gobierno nacional de sustituir esos cultivos, porque cómo tal, ya esto no es una renta para estos campesinos sino para grupos armados».

La demora en el proceso de sustitución se atribuye, en parte, a la necesidad de políticas de inversión estatal que faciliten la transición de los campesinos hacia actividades legales. Esto incluye la mejora de las vías de acceso a las regiones rurales y la implementación de proyectos productivos que brinden alternativas económicas viables.

Los campesinos del Catatumbo enfatizan la importancia de una mayor articulación entre las autoridades y la necesidad de que los apoyos gubernamentales lleguen efectivamente a la región. Consideran que, además de la sustitución de cultivos, se requiere una inversión social significativa para transformar las vidas de las familias campesinas en la región.

En la actualidad, Norte de Santander continúa siendo uno de los departamentos con mayor presencia de cultivos ilícitos, y el municipio de Tibú es uno de los más afectados por esta problemática.

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