Marruecos se encuentra en estado de shock después de que un devastador terremoto de magnitud 6,8 sacudiera el país la noche del viernes. Según el último balance oficial, el número de muertos asciende a más de 2.000 personas, con más de 2.000 heridos, la mayoría de ellos en estado grave. Este terremoto se convierte en uno de los más mortales en la historia reciente del país norteafricano.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el temblor se produjo a una profundidad de 18,5 kilómetros y tuvo su epicentro a 71 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech, cerca de la turística Marrakech, lo que amplió aún más su impacto en la población local.

El Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas marroquí (CNRST) indicó una magnitud de 7, lo que subraya la intensidad de la sacudida y su capacidad destructiva.

La magnitud de esta tragedia ha llevado a las autoridades marroquíes a declarar tres días de luto nacional en memoria de las víctimas. El país se encuentra en un estado de emergencia mientras los equipos de búsqueda y rescate luchan por encontrar sobrevivientes entre los escombros.

Pueblos enteros, como Tafeghaghte, situado a unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, quedaron prácticamente destruidos en su totalidad, y la mayoría de los edificios en esta localidad, que se encuentra a solo 50 kilómetros del epicentro, se han derrumbado. En muchos casos, los sobrevivientes se enfrentan a la devastación de perder a seres queridos y a la incertidumbre sobre el futuro.

El ejército marroquí ha desplegado una serie de recursos humanos y logísticos, incluyendo equipos de búsqueda y rescate, así como un hospital de campaña en la provincia de Al Hauz, donde el epicentro del terremoto causó un impacto particularmente devastador.

La sacudida se sintió a lo largo y ancho del país, llegando incluso a la capital Rabat, a cientos de kilómetros del epicentro. Ciudades costeras como Casablanca y Esauira también se vieron afectadas por el sismo. Afortunadamente, las autoridades argelinas informaron que no se produjeron daños ni víctimas en su territorio, y el Gobierno de Argelia anunció la apertura de su espacio aéreo para vuelos de ayuda humanitaria hacia Marruecos.

La Cruz Roja Internacional ha advertido que Marruecos podría necesitar «meses e incluso años» de ayuda para reconstruir las zonas afectadas por esta tragedia sin precedentes.

El papa Francisco expresó su solidaridad y condolencias a las víctimas del terremoto, mientras que líderes de todo el mundo, incluyendo el rey de España, Felipe VI, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ofrecieron su apoyo y asistencia a Marruecos en esta hora de necesidad.

Esta catástrofe subraya la importancia de la solidaridad internacional en momentos de crisis y resalta la necesidad de un esfuerzo conjunto para ayudar a Marruecos a recuperarse de esta devastación.

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