Se cumplen 50 años desde el golpe de Estado en Chile que derrocó al presidente Salvador Allende, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, viajó a Chile para conmemorar este importante acontecimiento histórico. La ceremonia fue organizada por el mandatario chileno, Gabriel Boric, y contó con la presencia de líderes y figuras de la izquierda latinoamericana.
Petro enmarcó su visita como un intento de articular a la izquierda latinoamericana en un momento en que busca consolidar visiones conjuntas sobre los desafíos que enfrenta la región. En un trino, expresó: «Hoy, a mis 63 años, después de una vida de lucha, quiero ir a La Moneda, al palacio bombardeado, después de 50 años, cuando la democracia avanza y se profundiza, voy a pedir la más profunda unidad del progresismo latinoamericano para configurar las fuerzas que puedan hacer perdurar la vida».
Esta visita se enmarca en una serie de encuentros y eventos internacionales en los que Petro ha estado involucrado recientemente. El presidente colombiano se reunió con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en Cali, como parte de la Cumbre Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas. También tiene planeado viajar a La Habana, Cuba, para participar en la reunión del G77+China, donde se encontrarán figuras destacadas de la izquierda regional, como Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, y Alberto Fernández, mandatario de Argentina.
Expertos en relaciones internacionales han destacado que estas movidas de Petro en el plano internacional buscan articular a la izquierda latinoamericana y encontrar posturas afines en cuestiones comunes. La internacionalista Teresa Aya señaló que es un intento por parte del presidente colombiano de buscar escenarios donde su discurso sea valorado y pueda encajar en la articulación de visiones compartidas sobre los problemas de América Latina.
En el caso de Chile, la visita de Petro no solo fortalece sus relaciones con Gabriel Boric, sino que también se interpreta como un gesto de apoyo al mandatario chileno en un momento de alta polarización política en el país, exacerbada por la conmemoración del golpe de Estado. La izquierda recoge este evento como propio, aunque no necesariamente une a todos los chilenos.
La agenda internacional de Gustavo Petro refleja su interés en superar el centrismo y abrir su doctrina más allá de Estados Unidos, en un contexto de cambio hacia un orden multipolar en el escenario internacional. Sus encuentros con líderes regionales y su participación en cumbres estratégicas buscan fortalecer la posición de la izquierda latinoamericana en un mundo en constante evolución.