En un esfuerzo por brindar apoyo integral a las víctimas de desplazamiento forzado en Colombia, una familia en el departamento de Norte de Santander ha sido beneficiaria de la restitución de tierras bajo la figura de la compensación. Esta figura implica que la familia recibió un predio de iguales o mejores características al que perdieron en el pasado debido a la violencia y el desplazamiento forzado.
La familia se asentó en una zona rural del municipio de Chinácota, donde han establecido diversas siembras, incluyendo mora, tomate, fresa, granadilla y uchuva. Además, han implementado un galpón de gallinas ponedoras como parte de su proyecto de sustento familiar. Estas iniciativas productivas han sido respaldadas y asistidas técnicamente por la Unidad de Restitución de Tierras (URT).
La URT también ha entregado ganado a la familia como parte de las medidas complementarias dictadas por la sentencia que otorgó el derecho a la restitución de tierras. El ganado incluye cinco vacas y un toro reproductor, lo que permitirá a la familia fortalecer aún más su presencia en el campo y producir derivados de la leche, entre otros productos.
La directora de la Unidad de Restitución de Tierras Territorial Norte de Santander, Tatiana Abdallah Camacho, visitó el predio de la familia y destacó el papel fundamental de las mujeres en la gestión de estos proyectos. Subrayó la valentía y determinación de las mujeres en la familia, quienes han liderado el fortalecimiento productivo y agrícola de la finca.
Los hechos de violencia que llevaron al desplazamiento de la familia se remontan a 1999, cuando la madre del núcleo familiar fue declarada objetivo militar por grupos paramilitares. La familia huyó de su lugar de origen y se trasladó a Cúcuta en busca de un nuevo comienzo. Sin embargo, un año después, la madre falleció a causa de la depresión que sufrió debido a las dificultades que enfrentaron. Los herederos iniciaron el proceso de restitución de tierras y han empoderado a las hijas de la mujer para liderar el fortalecimiento productivo y agrícola de la finca.
Ligia Esther Ávila Lozano, una de las beneficiarias de la restitución de tierras, expresó su gratitud y alentó a otras mujeres a emprender proyectos similares. Destacó el papel transformador de las mujeres en la construcción de un mejor país a través del emprendimiento.
En el evento, los beneficiarios también recibieron plantas para sembrar pastos destinados a alimentar al ganado, insumos para producción ganadera y de praderas, así como un diploma que certifica la culminación exitosa de la implementación de su proyecto productivo.
En el departamento de Norte de Santander, se han implementado 76 proyectos productivos para familias beneficiarias de la restitución de tierras en varios municipios. La Unidad de Restitución de Tierras ha desembolsado 2.500 millones de pesos en estos proyectos, contribuyendo así a la recuperación y el fortalecimiento de las comunidades afectadas por el desplazamiento forzado en la región.
Esta iniciativa no solo busca restituir las tierras a las víctimas, sino también brindarles el apoyo necesario para reconstruir sus vidas y contribuir al desarrollo sostenible de las zonas rurales de Colombia.