El municipio de Charalá, Santander, es escenario de un nuevo episodio de violencia de género, con el séptimo feminicidio registrado en lo que va del año y el tercero en menos de 24 horas. La víctima, identificada como María Mónica Reyes, sucumbió a manos de su expareja, quien habría perpetrado el crimen como represalia por el fin de la relación que data de aproximadamente un año.

Según informes del capitán de la Policía Julio Vinchira, el agresor, después de cometer el feminicidio, emprendió la huida en una motocicleta roja. Aproximadamente un kilómetro después, se lanzó a un barranco en un intento de suicidio. A pesar de sobrevivir a la caída, el hombre se infligió autolesiones con una navaja. La Policía intervino a tiempo, capturó al agresor y lo trasladó a un centro asistencial para su recuperación antes de enfrentar cargos judiciales.

La pareja, que compartía cuatro hijos, entre ellos un menor de edad y un seminarista en Roma, había concluido su relación hace un año. María Mónica Reyes, activa en la comunidad, había participado en una reunión de padres de familia en la institución educativa de su hijo horas antes del trágico suceso. Además, se destacaba por su labor en la gestión del transporte escolar para los estudiantes del municipio.

Este feminicidio se suma a la alarmante cifra de violencia de género en Santander, con cinco casos ya registrados en la región. Dos de ellos ocurrieron en hostales de Bucaramanga, incluyendo el terrible caso de una menor de dos años presuntamente violentada por su padrastro. En ambos casos, los agresores fueron capturados, puestos a disposición de la Fiscalía y enviados a centros carcelarios.

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