La provincia de Ocaña y la zona del Catatumbo en Colombia viven momentos desoladores debido a irreversibles fenómenos naturales. Problemas agroclimáticos mantienen en vilo a los campesinos, quienes imploran al Ministerio de Agricultura facilitar seguros de cosecha para evitar un descalabro económico al comienzo del año.
La intensa ola de calor durante el día, seguida de bruscos descensos de temperatura en la noche y fuertes vientos, azota cultivos de cebolla, café, tomate y fríjol. El coordinador de Desarrollo Rural, José Luis Amaya Vergel, informa sobre la crítica situación.
Los campesinos solicitan al Banco Agrario un salvavidas para resarcir las pérdidas, agravadas por el contrabando de cebolla y las afectaciones climáticas. La viceministra de Agricultura y asuntos rurales, Aura María Duarte, junto a representantes del Banco Agrario, fue informada de la crisis para flexibilizar exigencias y activar subsidios.
Edilson Arévalo, presidente del Concejo en Ábrego, denuncia la falta de credibilidad de los bancos y pide políticas de Estado para garantizar la seguridad alimentaria. Los campesinos, desconfiados de los subsidios, exigen una póliza de seguro de cosecha para enfrentar los estragos de fenómenos naturales recurrentes.
La situación es desoladora en la provincia de Ocaña y el Catatumbo, donde la disminución de caudales de ríos afecta todos los cultivos. Virgelina Durán Bacca, lideresa de Otaré, solicita auxilio al Gobierno nacional, destacando la necesidad de apoyo para construir minidistritos de riego y remediar la crisis.
Los campesinos esperan refinanciar deudas con periodos de pago extendidos, subsidios y estabilidad en precios. La falta de respuesta concreta, sumada al inicio del intenso verano, podría llevar a movilizaciones en las vías para llamar la atención del Estado. La urgencia es palpable mientras la crisis alimentaria amenaza con profundizarse.