En un giro impactante, el Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, ha iniciado un proceso de evaluación de gestión que ha llevado a todos los altos directivos de la entidad a presentar su renuncia protocolaria. Esta decisión, que ha tomado por sorpresa a muchos, forma parte de la revisión exhaustiva del desempeño de los funcionarios, según las declaraciones de Velasco. A pesar de negar enérgicamente la existencia de una masacre laboral, se espera que al menos ocho directivos sean despedidos, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro del gabinete ministerial.

Velasco afirmó que, tras la evaluación, la ejecución de la entidad va por buen camino y que, salvo en una dirección, no habrá cambios significativos. El Ministerio del Interior, que cuenta con alrededor de 1,500 funcionarios, ha solicitado la dimisión de un reducido número de directivos, quienes son responsables del cumplimiento de los objetivos establecidos durante el Gobierno de Gustavo Petro.

El alto funcionario defendió la renuncia protocolaria como una práctica periódica para evaluar el desempeño de los funcionarios y sugirió que situaciones similares podrían estar ocurriendo en otros Ministerios y entidades del Gobierno Nacional. La incertidumbre sobre quiénes serán los afectados por esta medida ha generado especulaciones y tensiones en los pasillos del poder, alimentando las especulaciones sobre la estabilidad del gobierno de Petro.

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