En Bucaramanga, la Alcaldía ha desatado una controversia al realizar una convocatoria a empleados para participar en cultos cristianos. Las opiniones en la ciudad están divididas, con algunos considerando que esta práctica debería llevarse a cabo en el ámbito privado y no en una institución gubernamental. Otros expresan su preocupación acerca de si se trata de una imposición más que una opción voluntaria para los empleados.
Ricardo Gómez, en una declaración, elogió la decisión del alcalde, destacando la importancia de unirse en oración por la ciudad y sugiriendo que las personas pueden decidir libremente si participan o no. En contraste, el exalcalde de Bucaramanga, Carlos Ibañez, cuestionó la medida, señalando que Colombia es un país laico y sugiriendo que la convocatoria puede percibirse como intimidatoria respecto a la decisión de participar en los cultos.
El secretario Privado, Cristian Portilla, defendió la convocatoria, destacando que se trata de una práctica que se realiza desde hace diez años. Afirmó que es una oportunidad para que los empleados, si así lo desean, tengan un espacio para practicar su religión. Se enfatizó que los empleados no están obligados a participar, y la convocatoria es una iniciativa que busca respetar la diversidad religiosa.
Esta convocatoria a cultos cristianos se estableció inicialmente como respuesta a la solicitud de empleados que deseaban un momento de oración antes de comenzar su jornada laboral. Además, se realiza una eucaristía al día siguiente del culto para dar participación a todos los empleados según sus creencias religiosas. La polémica persiste en torno a si esta práctica es compatible con el principio de laicidad en Colombia y la libertad de elección para los trabajadores del sector público.