Las primeras lluvias del año han causado estragos en la carretera Ocaña-Cúcuta, específicamente en la vereda El Tarrita, donde las obras de mitigación de una emergencia ocurrida en mayo de 2023 han sufrido graves consecuencias. La creciente del río ha arrastrado las bolsas de concreto colocadas en la orilla para prevenir desbordamientos, lo que preocupa a los usuarios de esta importante vía.

El alcalde de Ábrego, Huber Darío Sánchez Ortega, expresó su preocupación por el hermetismo de las entidades encargadas de solucionar la emergencia vial. Solicitó al Gobierno nacional explicaciones y una intervención inmediata para evitar la dilapidación de recursos públicos en obras que no representan una solución definitiva.

«Es inadmisible que durante dos aguaceros las aguas se carguen todo y no se tengan estudios sobre un nuevo trazado», recalcó el mandatario. A pesar de los esfuerzos iniciales, que incluyeron la destinación de 18 mil millones de pesos para la emergencia, la situación no ha sido resuelta.

Dirigentes de la región también han criticado la lentitud en los procesos y reclaman celeridad en las obras. El concejal de Ábrego, Guil Jairo Ortiz Mora, señaló que todo avanza lentamente y que no se han presentado estudios y diseños para una variante que alivie la situación de los agricultores de la región.

El ingeniero civil José Peñaranda Quintana enfatizó en la necesidad de contar con estudios listos para acceder a recursos del orden nacional. «Ese tramo requiere un nuevo trazado para evitar traumatismos. Mucha gente teme emprender un viaje por las afectaciones climáticas y razones de seguridad», agregó.

El alcalde de Ábrego reclamó una mayor presencia del Estado, especialmente debido a las repercusiones que la emergencia ha tenido en el intercambio comercial de la zona. La comunidad espera respuestas y soluciones definitivas por parte de las autoridades competentes.

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