El conflicto entre Israel y Gaza ha alcanzado un nuevo nivel de violencia, con una ola de ataques israelíes que han dejado un saldo devastador en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por el grupo islamista Hamás, al menos 164 personas han perdido la vida y otras 200 han resultado heridas en los ataques perpetrados durante las últimas 24 horas.
Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, el total de palestinos muertos por la ofensiva israelí en Gaza asciende a 28.340, con cerca de 68.000 heridos. Los ataques más recientes se han concentrado en la ciudad de Rafah, en el extremo meridional de Gaza, donde se han intensificado los bombardeos en preparación para una posible ofensiva terrestre por parte de Israel.
Según informes de Hamás y fuentes palestinas, más de un centenar de personas habrían perdido la vida en Rafah durante la última noche, incluyendo niños y mujeres. Los bombardeos han alcanzado viviendas habitadas, mezquitas y centros médicos, causando una tragedia humanitaria en la ciudad.
El Hospital de Kuwait, uno de los principales centros médicos de la región, se encuentra desbordado y con escasez de suministros médicos para atender a los numerosos heridos. La situación se agrava ante la falta de medicinas y sueros suficientes para tratar las lesiones.
La comunidad internacional, incluyendo la ONU, Estados Unidos y Egipto, ha instado a Israel a abstenerse de una ofensiva terrestre en Rafah debido a la gran cantidad de civiles presentes en la urbe. Sin embargo, la escalada de violencia persiste y la población civil sigue siendo la más afectada por el conflicto en Gaza.