Un trágico incidente ha sacudido la cárcel Modelo de Bucaramanga, donde un recluso identificado como Jhonatan Andrés Porras Aceros, de 35 años, perdió la vida como consecuencia de desnutrición severa. Su muerte ha desatado preocupaciones sobre la calidad de la atención médica y la prevalencia de la drogadicción en el centro penitenciario.
Según Hernando Mantilla, veedor de los derechos carcelarios de Santander, los reclusos han denunciado que los médicos de la cárcel no dan importancia a los enfermos y no informan correctamente sobre su situación, lo que puede llevar a desenlaces fatales como el de Jhonatan. «Los médicos le aplicaban algo y posteriormente devolvían al hombre al patio hasta que un día lo encontraron en la celda muy grave», explicó Mantilla.
El problema subyacente parece ser la drogadicción dentro de la cárcel, con los reclusos vendiendo sus alimentos para comprar estupefacientes. Esta situación lleva a la desnutrición aguda y, en casos extremos como el de Jhonatan, puede resultar en la muerte.
Mantilla ha alertado a las autoridades de salud pública y ha instado a que se tomen medidas urgentes para abordar la situación médica en la cárcel Modelo. «Podrían presentarse más muertes por situaciones como estas al interior de la cárcel», advirtió Mantilla, destacando la necesidad de garantizar la salud de los internos.
La muerte de Jhonatan Porras Aceros pone de manifiesto las falencias en el sistema carcelario y la urgencia de implementar medidas efectivas para garantizar la salud y el bienestar de los reclusos en la cárcel Modelo de Bucaramanga.