El informe revela que, de las 26 EPS analizadas, solo un puñado cumplen con los requisitos mínimos de solvencia económica. La deuda total de estas entidades con las IPS alcanza una cifra espeluznante de $11.3 billones, lo que plantea serias interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema de salud en el país.
La Nueva EPS, una de las entidades más grandes, se encuentra entre las que más adeudan a las IPS, con un total de $900 mil millones, sumado a un déficit en sus reservas técnicas de $5.5 billones. La situación es tan crítica que el 51% de la cartera corriente de las EPS está en manos de solo tres empresas: Famisanar, Sanitas y Emssanar, con un monto que asciende a $5.4 billones.
Pero lo más alarmante es que 16 de estas EPS presentan indicadores de margen de solvencia insatisfactorios, sin cumplir con la provisión ni con el Régimen de Inversión de las Reservas Técnicas. La Contraloría señala que esto representa un incumplimiento grave, ya que del pasivo de Reservas Técnicas de $13.7 billones, solo $1.3 billones están respaldados en inversiones, dejando un déficit colosal de $12.4 billones.
El contralor (e) Carlos Mario Zuluaga ha hecho un llamado urgente al Ministerio de Salud para que tome medidas inmediatas y saneé la deuda de $3 billones que las EPS tienen por servicios y tecnologías en salud no financiados. La situación exige una intervención inmediata antes de que la crisis se vuelva insostenible y afecte gravemente a millones de colombianos que dependen del sistema de salud.
Esta revelación ha sacudido los cimientos del sector de la salud en Colombia, generando preocupación entre los ciudadanos y exigiendo una acción rápida y decisiva por parte de las autoridades competentes.