En el barrio Doña Nidya de la ciudadela de Atalaya en Cúcuta, varias familias se enfrentan a la angustiosa situación de perder sus hogares debido a una remoción en masa que ha venido afectando la zona desde octubre de 2022.

El señor Víctor Manuel, un residente de la tercera edad, expresó su tristeza al ver cómo su casa, construida con 44 años de esfuerzo, se derrumba ante sus ojos. Las viviendas en la zona están en riesgo, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando se siente el movimiento del terreno que ya ha causado estragos en varias casas.

El director de la Oficina de Gestión del Riesgo de Cúcuta, Alexander Chávez, señaló la urgencia de construir tres muros de contención, cuyo costo asciende a los 9.000 millones de pesos. Sin embargo, a pesar de la presentación de un proyecto ante la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo el año pasado, aún no ha sido aprobado.

La incertidumbre crece entre los residentes, como lo expresa Mónica Álvarez, propietaria de una vivienda en riesgo, quien teme que las próximas lluvias empeoren la situación y los empujen al abismo. Ante esta situación, Chávez considera evacuar ciertos puntos críticos y ofrecer subsidios temporales de arriendo como medidas de emergencia mientras se espera una respuesta del Gobierno Nacional.

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