Lo que prometía ser un emocionante encuentro de fútbol entre Cúcuta Deportivo y Barranquilla FC en el Torneo de ascenso se convirtió en una batalla campal que dejó a los espectadores atónitos. El árbitro principal, Alejandro Moncada, fue el foco de la controversia después de una actuación polémica en el estadio General Santander.
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El partido llegó a su punto culminante en el minuto 85, cuando el Cúcuta Deportivo anotó el único gol del partido. Aparentemente, esto desencadenó provocaciones entre los dos equipos, y la situación se volvió caótica, culminando en una pelea grotesca en el campo de juego. Como resultado de la trifulca, tres jugadores fueron expulsados: dos del Cúcuta Deportivo y uno de Barranquilla FC.
Los directores técnicos de ambos equipos emitieron declaraciones tras el incidente. Wilder Mosquera, entrenador del Cúcuta Deportivo, admitió que no había prestado atención al incidente y que aún no sabía por qué se habían expulsado a los jugadores de su equipo. «Cuando veo que se forma allá algo, pero ahora, no hemos hablado realmente qué pasó ni por qué lo expulsaron. Yo me voy a hablar con Federico (Barrionuevo) hasta que veo que ocurre este tema, pero hasta el momento no sabemos. Toca mirar», dijo Mosquera.
Por otro lado, Nelson ‘Rolo’ Flórez, entrenador de Barranquilla FC, fue más enfático y crítico con respecto al incidente. Lamentó que los entrenadores de Cúcuta se hubieran involucrado en la pelea y señaló que este tipo de comportamiento no debería ocurrir en partidos de segunda división. «Lamento profundamente que el entrenador, porque conozco a su hermano Aquivaldo, se meta con los muchachos. Si estamos honrando el fair play con Barranquilla, son jugadores jóvenes y los estamos inspirando para que no quemen tiempo y jueguen. (…) Lamento que un entrenador como Chaparro (integrante del cuerpo técnico) esté en fútbol profesional, no tiene por qué pegarle ni injuriar a los jugadores, e incitar a una jugada tan bonita como el Cúcuta, hacer las cosas de cualquier manera», dijo Flórez en rueda de prensa.
El partido, que estuvo marcado por la controversia y la violencia en el campo de juego, terminó a favor del Cúcuta Deportivo, acercándolos más a la final del Torneo Betplay Dimayor y al ascenso a la primera división del Fútbol Profesional Colombiano.
