La literatura colombiana está de luto ante el fallecimiento de la destacada poeta y escritora Maruja Vieira, quien estaba cerca de cumplir 101 años el próximo mes de diciembre, dejó un legado imborrable en la cultura y las letras de Colombia.
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Hace apenas tres días, su hija Ana Mercedes Vivas informó a través de sus redes sociales de Facebook que Maruja Vieira se encontraba en la clínica Marly, en sus últimos días, recibiendo cuidados paliativos. Su partida representa una pérdida irremplazable para la literatura colombiana y la comunidad cultural. El pasado 6 de septiembre, la Cancillería de Colombia reconoció la importancia de su obra al otorgarle la Orden Nacional al Mérito de Gran Cruz en una ceremonia presidida por el Canciller Álvaro Leyva. En ese momento, Maruja Vieira fue destacada como poetisa, periodista y gestora cultural, roles que desempeñó con excelencia a lo largo de su vida.
Sus versos y su pluma conquistaron el corazón de quienes aman la poesía. Ana Mercedes Vivas, en un emotivo homenaje, recordó una de las frases de la poetisa: «La muerte en nuestra casa cumplió su fiel palabra, todo fue tan sencillo como el partir de un barco». Nacida el 25 de diciembre de 1922 en Manizales, Maruja Vieira pasó la mayor parte de su vida en Bogotá. Fue miembro honorario en Colombia de la Academia de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española, un reconocimiento a su contribución a la lengua y la cultura hispana.
A lo largo de su prolífica carrera, publicó un total de 20 libros de poesía y una obra de prosa. Además, sus artículos se difundieron en los medios más importantes de Colombia y Venezuela, donde residió durante varios años en la década de los 50. La partida de Maruja Vieira deja un vacío en el corazón de Colombia y un legado literario que perdurará a través de su inmortal poesía.
