El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó ante el Consejo de Seguridad de la ONU que durante la guerra en Gaza, Israel lanzó 250 ataques contra hospitales, clínicas y ambulancias, causando un grave deterioro en el sistema de salud de la región. Ghebreyesus expresó su preocupación por la situación, describiendo hospitales abarrotados, operaciones sin anestesia y decenas de miles de gazatíes desplazados.
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El funcionario de la OMS alertó sobre el riesgo de enfermedades entre el millón y medio de gazatíes desplazados, debido a las precarias condiciones de vida. Además, destacó la tragedia humanitaria, señalando que «cada diez minutos muere un niño en Gaza».
El embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, justificó los ataques a hospitales argumentando que Hamás se esconde en estos lugares y utiliza ambulancias para desplazarse. Además, acusó a empleados de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) de ser miembros de Hamás.
La sesión del Consejo de Seguridad reveló la división internacional, con llamamientos al alto el fuego chocando contra la negativa de Israel y Estados Unidos, su aliado incondicional.