En un movimiento audaz, el presidente Gustavo Petro y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, han irrumpido en el escenario económico exigiendo una reducción significativa de las tasas de interés por parte del Banco de la República. ¿La razón? Las recientes cifras de inflación publicadas por el Dane han desencadenado una confianza sin precedentes en el equipo gubernamental.
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A través de su plataforma digital, Petro expresó su satisfacción por la inflación del 0,25% en octubre, considerándola «muy positiva». Sin embargo, el jefe de Estado fue más allá al afirmar que mantener una tasa de interés del 13,25% no tiene sentido y lanzó un llamado apasionado al Banco de la República: «Le solicito en nombre de Colombia reducir la tasa de interés en la próxima oportunidad».
El presidente enfatizó el éxito conjunto del Gobierno y el Banco de la República al reducir tanto la inflación como el costo de vida en el país. Este llamado desafiante podría marcar un giro radical en la política económica tradicional.
Por su parte, el ministro Bonilla respaldó la solicitud de Petro, destacando que la inflación ha disminuido por séptimo mes consecutivo. «Estamos en la senda de poder llegar a concluir el año con inflación de un dígito», afirmó Bonilla, subrayando la importancia de mantener la sostenibilidad macroeconómica del país.
Bonilla explicó que el impacto en la inflación proviene principalmente de los combustibles, generando variaciones en los ingresos por grupos socioeconómicos. «El llamado al Banco de la República es a que se están creando las condiciones para que en diciembre se comience a enviar el mensaje de reducción de tasas», concluyó el ministro, sumándose al mensaje del Gobierno.
Esta audaz demanda de cambio en la política monetaria sugiere que Colombia podría estar al borde de una nueva era económica, desafiando las expectativas convencionales y abriendo el camino a un panorama financiero transformador.
