El presidente Gustavo Petro se ha referido al preocupante incremento de masacres en Colombia durante los últimos años, enfocando su crítica hacia partidos opositores como Cambio Radical y el Centro Democrático. A través de su cuenta, mencionó el número de masacres registradas anualmente, señalando el crecimiento exponencial durante el gobierno respaldado por dichas agrupaciones.
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Expresó su disconformidad con la tendencia creciente de masacres durante la administración pasada, atribuyendo este fenómeno a las dificultades afrontadas con los acuerdos de paz. Afirmó que su objetivo es reducir drásticamente esta tendencia durante su mandato.
En medio de una escalada de violencia en el departamento del Cauca, Petro planteó propuestas para contrarrestar estos crímenes. Se refirió a la violencia en la región como un efecto de las organizaciones armadas que buscan controlar comunidades y organizaciones populares, aprovechando la conflictividad interétnica y la economía ilícita.
El presidente propuso una movilización popular para oponerse al control ejercido por estas estructuras armadas basado en el miedo y la muerte. Además, planteó un pacto interétnico entre las comunidades del Cauca para evitar que estas fisuras sean explotadas por grupos que buscan controlar territorios al servicio de carteles extranjeros de droga.
Sin embargo, esta iniciativa ha recibido críticas de varios sectores, que cuestionan su efectividad para frenar la violencia histórica en el Cauca. El exministro Alejandro Gaviria considera el discurso del presidente como especulativo y confuso, demandando mayor claridad sobre estrategias de seguridad, políticas de desarrollo y acciones concretas del Gobierno para abordar la situación.
El llamado de Petro a la coordinadora popular del Cauca para tomar decisiones sobre armas y violencia ha sido debatido, generando dudas sobre su contundencia para afrontar la compleja problemática de violencia en la región.