En Cúcuta, un investigador y un profesor de la Universidad Simón Bolívar han presentado una propuesta para fomentar la identidad cultural y preservar el patrimonio arquitectónico en los alrededores del parque La Victoria o el parque Colón, ubicado en el centro de la ciudad. Su investigación se centra en las casonas históricas que todavía están en pie y en las que lamentablemente han desaparecido con el tiempo. El objetivo es difundir y compartir el valioso patrimonio y la riqueza cultural que representan estas estructuras.
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A menudo, los residentes de Cúcuta no son conscientes de que el centro de su ciudad alberga una riqueza de arquitectura histórica y un legado cultural significativo. En medio del ajetreo diario, el tráfico y el bullicio, las edificaciones, las casas históricas y las pintorescas calles albergan vestigios invaluables de la historia, patrimonio y cultura de la región.
Sin embargo, este patrimonio está en peligro de desaparecer, no solo debido al paso implacable del tiempo, sino también debido a la indiferencia de muchos. Pocos son conscientes de la procedencia de elementos arquitectónicos notables, como las baldosas o cenefas en la fachada de la Alcaldía de Cúcuta o el origen y fabricación del reloj de la Torre en la calle 13 con avenida 4. Además, es esencial conocer cuántas quintas o casas antiguas se encuentran cerca del parque La Victoria.
Aunque el turismo en el centro de Cúcuta es promovido por un número reducido de personas, la arquitectura por sí sola narra su propia historia. Solo es necesario observar cuidadosamente para sumergirse en el misterio del pasado de esta encantadora ciudad.
Dos investigadores, Ciro Alfonso Pérez y Leonardo Yotuhel Díaz Güecha, han publicado el libro «Las casas coloniales en torno al parque La Victoria de San José de Cúcuta». Su trabajo se centra en el patrimonio arquitectónico y el legado de quienes habitaron estas casas, lo que considera una valiosa oportunidad para fomentar la conciencia cultural y contribuir a la transformación de la ciudad.
La visión es convertir el centro de Cúcuta en un complejo turístico, similar a La Candelaria en Bogotá o la Ciudad Amurallada en Cartagena. Según el profesor Díaz, la ciudad cuenta con monumentos, sitios y casas históricas que podrían convertirse en atractivos turísticos al aire libre, lo que podría impulsar la economía local desde una perspectiva diferente.
Cúcuta tiene una rica historia que se remonta a la creación de la Gran Colombia en 1821, y su crecimiento posterior a través del comercio de productos como cacao, café, petróleo y la apertura de relaciones comerciales con Venezuela. A pesar de los desafíos, como el terremoto de 1875, la ciudad se reconstruyó y floreció gracias a la industria textil, la exploración petrolera, la electrificación y más.
La conservación de las antiguas estructuras arquitectónicas de la ciudad es fundamental, ya que, como argumentan los autores, ayuda a cultivar la conciencia histórica entre los habitantes y promueve el respeto y el cuidado del patrimonio cultural. Estas estructuras ofrecen una ventana a un pasado rico y diverso que contribuye a la identidad y la pertenencia de la comunidad.
El libro, promovido por la Academia de Historia de Norte de Santander, explora la arquitectura y la historia de una zona con una destacada conservación, entre las calles 12 y 17 de las avenidas 3 y 4. Además, destaca edificaciones icónicas como la casa natal. de Eduardo Cote Lamus y la casa de los gobernadores, entre otras.
La investigación también destaca detalles curiosos, como el corazón del sacerdote Justo Pastor Arias guardado en un recipiente de vidrio en la Capilla Nuestra Señora del Carmen y la historia detrás de lugares significativos, como la esquina de la calle 14 con 4, que fue un sitio. importante durante la guerra de los mil días. Conservar estos tesoros arquitectónicos es esencial para preservar el patrimonio cultural de la región.
En resumen, el fomento de la identidad cultural y la preservación del patrimonio arquitectónico en Cúcuta son fundamentales para consolidar la identidad de la ciudad y dar a conocer su rica historia y cultura. La conservación de las estructuras históricas es una inversión en la identidad y la pertenencia de la comunidad, así como en el desarrollo del turismo histórico en la región.